Tchotchke

Ponle play: discos nuevos de Kasabian, Miszczyk y Tchotchke

Ponle play

Kasabian – The Alchemist’s Euphoria

El reinicio de la banda es no sólo un modo de purgar todo aquello que pueda ligarlos con Tom Meighan, es también la oportunidad de mostrar otra cara y explorar otros rumbos sonoros sin mayor compromiso que con ellos mismos.

Ya antes habíamos escuchado que utilizaran elementos electrónicos para demostrar mayor versatilidad, pero ahora lo han convertido en un punto importante y que da un tinte antes visto en otros exponentes del pop pero que en ellos suena inédito.

Para ser un álbum de reconstrucción no está nada mal, pero es notorio que tendrán que sacar lo mejor de ellos en lo individual y unidos para suplir esa enorme energía que Tom brindaba a la agrupación.

Miszczyk – Thyrsis of Etna

Pese a ser un disco lleno de flow, el debut del productor de Ontario es como si pasearas por los pasillos de las tiendas haciéndote de probaditas en cada esquina.

Las breves 16 canciones que le conforman son como un conjunto de demos del realizador, quien presume muy bien sus habilidades para hacer hip hop pero es un trabajo al que le falta cohesión.

Aun así, encuentra el modo para llenarnos sin ningún problema la cabeza de imágenes y el cuerpo de ritmo.

Tchotchke – Tchotchke

El debut de la agrupación con base en Nueva York es tibio, pero tiene furia y urgencia por mostrarle al mundo lo que saben hacer con todas esas influencias paternas, pero sobre todo, cómo han logrado matizar con frescura todos esos sonidos de antaño.

Son de esos álbumes imperfectos que se vuelven necesarios ante el descaro con el que se crean, las adversidades sorteadas para conquistar la empresa y un garage que se regodea en su “suciedad”.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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