El cerebro humano es tal vez uno de los más grandes enigmas que la ciencia ha enfrentado desde tiempos inmemorables y, tal vez, aún hoy con la tecnología y avances que hemos visto, sigue y seguirá siendo un misterio con muchos secretos.
Casi 20 años después de su trabajo en El Sexto Sentido, Manoj Nelliyattu Shyamalan mejor conocido como M. Shyamalan parece estar ante una película que podría darle una nominación al Oscar el próximo año, llevando una enfermedad conocida como trastorno de identidad disociativo a la pantalla grande de la mano del actor James McAvoy.
HISTORIA
Tres adolescentes, Claire (Haley Lu Richardson), Marcia (Jessica Sula) y Casey (Anya Taylor-Joy), son secuestradas por “Dennis” una de las veintitrés personalidades presentes en la mente de Kevin Wendell Crumb (James McAvoy), una víctima de abuso infantil diagnosticada con trastorno de identidad disociativo.
Por otro lado, la psiquiatra de Kevin, Dra. Karen Fletcher (Betty Buckley), recibe un email de la personalidad protector de Kevin “Barry” quien pide reunirse con ella, lo cual resulta extraño para la doctora pues Kevin ha estado en tratamiento durante los últimos años, por lo cual aparentemente está totalmente estable.
El guión original escrito por el también director Shyamalan nos pone en acción desde los primeros minutos de corrida de la película, en la cual nos empezamos a enfrentar a dos situaciones: el verdadero problema de Kevin y la otra parte que nadie conoce de una chica “problemática” en la escuela y “aislada” de la tecnología, llamada Casey.
Durante casi dos horas, Shyamalan nos lleva a la menta descompuesta pero “extraordinaria” de un personaje sublime interpretado por McAvoy, un actor que lleva su papel al extremo a interpretar a diversas personalidades casi al mismo tiempo o con tan poco tiempo de diferencia en pantalla y haciendo que cada uno realmente se sienta diferente del otro, ya sea con pequeños “tics” o con frases que marcan ese punto de intersección entre diversas “personas” que habitan en el mismo cuerpo.
Con giros de tuerca y una temática de un problema real en el mundo, Fragmentado resulta atractiva con su argumento y lo complementa con su gran cast, producción y, sobretodo, con una buena edición.
PRESENTACIÓN
Estamos ante una película que podría comparar por su argumento de “la mente humana” con Lucy, aquella película del 2016 en la que vimos a Scarlett Johansson llevar “al máximo” el poder del cerebro, pero digamos que lo que McAvoy hace es, por mucho, superior a una película de ciencia ficción, pues en este punto estamos ante algo que realmente los humanos pueden experimentar: un diagnostico descrito como la existencia de dos o más identidades en una persona.
La actuación, como mencioné líneas arriba, de este actor es simple y sencillamente grandiosa. Y es que lograr meterse en un personaje no es algo que cualquier actor logre reflejar en una pantalla, pero McAvoy demuestra que no solo puede meterse en un personaje, sino en hasta 24 personalidades y a cada una darles una identidad propia así como hacerlas diferentes una de la otra, no solo por su actuación, sino por el lenguaje, el aspecto corporal y hasta los detalles más pequeños que puede reflejar una persona y hacerla diferente.
Por otro lado, también se complementa con un papel de soporte como el realizado por Anya Taylor-Joy, quién no solo nos transmite un personaje fuerte, sino inteligente y que además sabe como aparentar algo que nunca imaginaste.
Hablar de Fragmentado es también hablar de una banda sonora muy buena y ad hoc. Desde los primeros minutos disfruté de una ambientación que enseguida te hace notar que algo no está bien y que seguramente no lo estará por mucho tiempo. La edición se complementa con melodías que logran transmitir el mensaje, el pensamiento y la situación que la pantalla nos está transmitiendo en el momento justo.
Pero la fotografía no se puede quedar atrás, Mike Gioulakis también hace que la ambientación, la iluminación y los escenarios, que aunque pocos, luzcan de manera muy agradable ante cada una de las escenas que conforman este filme, y sin duda, hacen que cada uno de los cuadros close up que se le hacen a los actores o situaciones nos transmitan ese sentimiento de impotencia.
Fragmentado es simple lo que su contraparte M. Night no puede hacer (como desagradablemente lo demostró en The Last Airbender), y es que como decía al inicio, Shyamalan está de regreso como lo hizo con grandes entregas fílmicas, con una historia sólida y bien desarrollada, con huecos que dejan posibles secuelas y con una tensión y ritmo desde los primeros minutos para cerrar con un gran y merecido broche de oro.
CONCLUSIÓN
Fragmentado se convierte al final, en una mezcla de todo lo que hizo que este director alcance la fama y el respeto, es una cinta digna de verla en el cine y de lo mejor que nos ha entregado este señor.