Ponle play: discos nuevos de Yelle, Sigur Rós y Fobia

Ponle play

Fobia – Fobia MTV Unplugged

Fobia siempre ha sido una banda muy divertida, pero pocas veces tomada en serio o comparada con los grandes nombres que salen siempre cuando se habla del rock mexicano. Lo que deja escuchar este disco es que los músicos que la conforman siempre se quedaron un pasito atrás de la excelencia. ¿La razón? No la sabemos, pero en este desenchufado suenan maravillosos y el repaso que hacen a más de 30 años de carrera es justo y preciso.

Aunque el inicio no es espectacular, el repaso va creciendo en intensidad. Si algo podemos reclamarles es que “nos faltaron temas”, pero en un recuento de este tipo, con una agrupación con un catálogo tan rico, siempre pensaremos en canciones que “debieron estar”.

El recorrido es tan íntimo como amable. Lo que sobresale inmediatamente en este esfuerzo es que suena como si estuvieran cantándote en la sala de tu casa. Muy probablemente esa atmósfera de soledad que se escucha es porque no hubo un público presente durante la grabación como para hacernos sentir en un concierto. Pero no importa, porque lo que presentan es tan rico en matices que dan ganas de escucharlo una y otra vez.

Yelle – L’Ère du Verseau

El trío francés eligió a la muerte como el hilo conductor para volver a la escena en una apuesta que por concepto pensaríamos como mórbida y resulta todo lo contrario: es un disco que suena como un homenaje a la vida, pues su electropop tiene tintes de ensueño que no combinan con la temática.

O igual y sí, porque existen pistas que invitan a invadir las pistas de baile, pero en todas predomina una calma que dibuja una pasividad un tanto incómoda.

Hay un par de canciones que destacan por su brillo, pero tampoco podíamos pedir un disco lleno de pesadumbre. Aunque se esforzaron por darle un tono oscuro a la producción, la realidad es que sus composiciones derrochan luminosidad, razón por la que suenan refrescantes pese a la seriedad que intentan imprimir.

Sigur Rós – Odin’s Raven Magic

En la empresa más ambiciosa de la banda islandesa nos encontramos con enorme drama. Si bien el concepto los ha acompañado siempre a lo largo de su carrera, no es hasta ahora que intentan musicalizar un poema compuesto entre el siglo XIV y XV que atiborran de teatralidad un disco.

Como vehículo que nos transporta a una aventura mitológica nórdica sonora funciona muy bien, pero alejados de esta idea de escuchar una pieza operística y algo cercano a una opereta, la propuesta no va a atraer al gran público.

Aunque no sepamos islandés, con Sigur Rós siempre ha contado más lo que nos hacen sentir que lo que se supone que dicen y en este caso logran un trabajo que bien vale una experiencia en vivo. Partiendo de esto, el disco es más como un previo, pero un muy buen adelanto.