Ponle play: discos nuevos de Trueno, Francisca Valenzuela y Hatchie

Ponle play: discos nuevos de Trueno, Francisca Valenzuela y Hatchie

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Trueno – Bien o Mal

El argentino repasa la desigualdad y los problemas sociales de su pueblo mientras intenta colocarse como el más fresco referente del hip hop de Buenos Aires.

La idea del disco es contraponer los actos buenos y los malos, sin señalar culpables o paladines en específico, simplemente convocando a la unidad de un continente que debe enfrentarse a los vicios, no a las personas.

Las colaboraciones ayudan mucho a darle volumen a un trabajo que no cae en lo plano precisamente porque el argentino ha sabido combinar bien el folclor con el mundo del freestyle, sin restarle ni a uno ni a otro.

Francisca Valenzuela – Vida tan bonita

El álbum más pop de la chilena es a la vez el más luminoso y nos deja ver su lado más vulnerable, así como el más optimista, en un compendio de experiencias que se dedican a exaltar el privilegio de vivir.

Además, como ya es habitual, la cantante no se centra en un género en específico y simplemente se adapta a los ritmos que mejor le van a este compendio de temas autobiográficos.

Se trata de otro álbum pandémico que, lejos de retratar el hastío y la desesperanza, intenta ver el lado amable de la vida.

Hatchie – Giving the World Away

El segundo disco de la australiana es más mucho más sentimental que su debut, aunque para estructurarlo se adentra en un sonido noventero que le viene bien a su intento por ser más reflexiva.

Por medio de melodías pegajosas, la de Brisbane se nota más madura en sus letras, pero musicalmente se aprecia cierto estancamiento. Pasados los primeros temas hay un dejo de monotonía que no logra sacudirse hacia el final del álbum.

Pese a ello, es evidente que busca hallar un camino que le distinga en el vasto (y tan de moda) mundo del dream pop.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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