Ponle play: discos nuevos de The Killers, Negroni’s Trio y Angus & Julia Stone

The Killers

¿Se están burlando de ellos mismos? Pareciera. O de plano eso de creerse la mejor banda de rock del planeta hizo que se les fueran las cabras al monte. Lo que sí, vinieron renovados y osados. Porque para decirse pilares del rock contemporáneo, la ausencia de guitarras y el coqueteo con el boogie y los teclados tipo synth pop llevan a la agrupación a territorios poco explorados.

Sus letras llenas de reflexiones siguen cazando con tino con sus temas pop, en una reinvención de sus sonido, que si bien no es lo más placentero que se ha escuchado en el año, al menos significa una nueva ruta que puede traer buenos dividendos.

Por ahora, tienen en manos un trabajo agradable donde dejan de lado la petulancia y se atreven a renacer. No es “hermoso”, simplemente apropiado.

Negroni’s Trio

Alejados del jazz intelectual, de ese que encanta a los farsantes para hacerse sentir más por lo que escuchan, los caribeños le ponen mucho pop a su jazz para acercarlo a nuevos escuchas, sin abaratarlo con sonidos fáciles como esos compendios de hits de los 90 convertidos en cosa rara, que suenan más a música de elevador.

No, ellos precisamente hacen lo que dicen: una nueva era en donde no existen géneros, sólo música. Igual gozamos rico un bossanova que su lado más comercial en más de dos tracks.

Angus & Julia Stone

Pues no cambiaron mucho. Se fueron por lo fácil: repetir todo para asegurar el éxito, o por lo menos la devoción de la fanaticada.

¿Está mal? No. Al final forma parte de ese sonido que les caracteriza, pero uno esperaría más de un par que inundaron de calidez el folk australiano. Igual sólo es un “mientras tanto”. En lo que realmente se atreven a salir de la zona de confort.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.