Imagen: The Ringer

Ponle play: discos nuevos de Lil Wayne, Omar Rodríguez-López y Phoebe Bridgers

Ponle play

Lil Wayne – Funeral

Desde siempre, el rapero de Nueva Orleans ha sido un “suicida”. Por eso no es raro que para esta “despedida” le diga adiós a todo aquello que ha representado su andar por la música para centrarse en la exploración de estilos varios, en una curva que alcanza momentos de terrible versatilidad.

De hecho, parece un testamento, un documento muy claro que invita a rebelarse contra la falta de un legado. Ante este escenario, era lógico que tuviera fragmentos cargados de drama, al grado de que parece la banda sonora de la biopic de un rapero que emerge de la desgracia.

Es como una novela muy larga, interesante, pero que por minutos incluye demasiada “paja”. Pero es toda una expriencia.

Omar Rodríguez-López – The Clouds Hill Tapes, Pt. I

El músico de The Mars Volta hace un repaso y rediseño de su trabajo solista en una colección que luce sorprendentemente actual.

Su amor por el cine se nos ofrece con contundencia, pues este compendio bien podría tratarse del soundtrack de una película con harta carga psicodélica y mucha “buena vibra”.

El resultado es fascinante, aunque a ratos contenido. Se guardó el poder para ciertos momentos, lo que no resta calidad a la triada, pero lo hace un poco desigual.

https://open.spotify.com/album/0p9pXG7yBfVIjyiTHP3QWd?si=I_WHgVcYTweAuZVw7-Tv3Q

Phoebe Bridgers – Punisher

Su segundo disco se mantiene en la línea que le conocimos en su debut y le permite seguir en este grupo de mujeres que han irrumpido en el ámbito musical con extrema sensibilidad y armonías melancólicas que le cantan al descontento.

Lo de la californiana parece una carrera que quiere hacerse a “fuego lento”. Aunque ha querido darle mayor importancia a alientos y cuerdas, el folk minimalista sigue dominando su propuesta, en lo que asemeja a un anuncio, a un aviso de que la mujer está próxima a explotar con temas más “grandes”.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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