Ponle play: discos nuevos de Kid Bloom, Rubén Pozo y Sonido Gallo Negro

Ponle play

Kid Bloom – Highway

Es como una fiesta de los 80 en pleno verano playero: linda, colorida y llena de momentos que te hacen autoreflexionar sobre qué hacemos para sentirnos bien.

Paradójicamente, la letra no versa sobre lo mismo, de hecho, el contraste es exacto para ejemplificar que a veces estamos en un buen sitio como para pensar que la vida es buena pero emocionalmente no estamos al cien. Como recorriendo una carretera. Se supone un buen escenario para escuchar música y cantar, pero… ¿andamos en ese mood?

Sin embargo, no se trata de una narrativa devastadora, simplemente de pensar en nosotros y nuestros modos en medio de un ambiente festivo con luces neón.

Rubén Pozo – Vampiro

A la usanza de los juglares, al catalán le basta con la guitarra y voz para contarnos los “secretos de la noche”, los motivos de los desvelos, sobre todo los amargos.

Es un disco que suena a que debemos traer nuestra bebida favorita en mano y sentarnos a compartir las experiencias tristes y de superación de un viejo amigo, porque así lo propone el español, como una charla entre compinches.

Es como volver a las bases: cuerdas y madera. Sencillo, simple, sentido, íntimo.

Sonido Gallo Negro – Paganismo

La cumbia psicodélica se mantiene intacta, pero se transporta a otras décadas por momentos y, lo mejor: los miembros de la banda que fueron el corazón de la movida surf del centro del país a comienzos del nuevo siglo se dan el gusto (y a nosotros de paso) de volver a esos modos para construir una gozadera total.

Congas, ese peculiar sonido del organillo, alientos estrambóticos y todas las características de esos bailes animados de salón se reúnen en este trabajo que no busca otra cosa que generar una verdadera fiesta. Y tal cual se ve en la tapa del disco, es tan multicolor que no importa si odias la cumbia peruana, de que te vas a contonear, lo harás.

Es, hasta ahora, el trabajo más dinámico de la agrupación, el que combina sin conflicto los sonidos modernos con esas influencias caribeñas que todo mundo está explotando en este momento. Es un canto alegre y preciso del mundo chilango en el que el brillo surge tras horas en la pista de baile.