Ponle play: discos nuevos de Courtney Barnett, Bad Wolves y Charlie Puth

Ponle play

Courtney Barnett

En su primer trabajo la australiana nos hizo saber que estaba molesta, aunque esa no fue la tónica de su debut. Ahora vuelve recargada, con un estilo más grunge y letras que más que irá arrojan depresión ante un mundo machista que se niega a poner en el mismo nivel a hombres y mujeres.

Barnett exhibe su vena más sociopolítica en un disco que presenta una visión realista de la actualidad, aunque, en un ambiente triste podríamos definirlo como fatalista. Pero, no, las cosas como son.

Bad Wolves

La súper banda liderada por Tommy Vext y Doc Coyle ha acaparado la atención de los charts con su versión “dura” del clásico de The Cranberries, Zombie, pero más allá de eso, estamos ante un grupo de amigos que han decidido hacer un recorrido por lo más variado del metal, desde lo más melódico hasta aproximaciones al rock popular.

El llamado a la “desobediencia” es pálido, fuerte en ritmos, pero sin la energía suficiente en las letras. Los amantes del género podrán disfrutar de una colección variopinta que incluso tiene muy estructurados momentos de rock progresivo.

Charlie Puth

Luego de dominar las redes sociales con su debut hace unos años, el de New Jersey demuestra que lo suyo no fue llamarada de petate y presenta sus mejores habilidades en un trabajo cargado de pop de los 80, con vocales delicadas y una muy buena base de R&B.

El recorrido por un mundo de fama altamente sexualizado es cachondo hasta nomás, con piezas que bien pueden servir para “calentar el ambiente”, pero más allá de eso, se trata de una pieza con muchos hits, tantos que no será raro verlo ser considerado en los premios por venir a finales de año.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.