Ponle play: discos nuevos de Cat Power, NoNoNo y Metric

Ponle play

Cat Power

Estamos ante un disco duro de escuchar, no porque sea complejo, sino porque es demasiado rasposo para el estilo que Chan Marshall ha presentado a lo largo de su carrera. Si a eso le sumamos que tiene una pieza exquisita que se colará entre lo mejor del año, “Woman”, pero que no comulga mucho con los sonidos del resto de los temas, es muy probable que ciertos fanáticos se aburran.

Sin embargo, la mujer mantiene ese halo de cantante trotamundos que nutre sus letras y la convierten en una de las cantautoras más importantes de su generación y este trabajo va por el mismo camino, aunque no con tanta energía que sus “trancazos” anteriores.

NoNoNo

El pop sueco siempre ha entregado exponentes agradables y el trío de Estocolmo no es la excepción. Con una combinación de dream y powerhouse vuelven recargados y más bailables que en su álbum debut. Lo simpático es que para acelerar los ritmos utilizan las experiencias recogidas de sus giras por India y países cuyas melodías tradicionales se nutren de variados alientos.

De este modo, se desmarcan de la electrónica de moda para ofrecer un sello peculiar en el que destaca la educada voz de Stina Wäppling.

Metric

Los canadienses vuelven con el disco más “rockero” de su carrera. Sin abandonar los sintetizadores de siempre, optan por acelerar los tempos a fin de imprimirle cierto vértigo a letras en donde se atreven a desprestigiarse a ellos mismos y a la vez cambiar la página luego de las opiniones encontradas de su disco anterior.

Con este nuevo “formato”, consiguen regresar el brillo a las composiciones, una sonoridad convertida en una alegre coloratura que augura un enorme espectáculo al momento de disfrutarlos en vivo.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.