Imagen: Freim.

Esos discos del 2016 que no debes dejar pasar: Británicos

 

Seguimos con la lista de discos que no te puedes perder ahora que al año concluye. Todas estas placas aparecieron en algún momento de 2016, pero no todas gozaron de increíble popularidad o puntearon los charts. Sin embargo, tienen algo que les hará pasar a la historia de lo que se hizo musicalmente este año.

Para el apartado de discos británicos, varios premios colocaron a decenas de álbumes entre los favoritos, pero, la idea no es poner a esos que conquistaron a todos, sino los que tienen una propuesta rica y que pudieran mañana consolidarse o ser harto conocidos. Aunque claro, siempre están esos “clásicos” que no fallan.

 

El multi-instrumentista de folk electrónico londinense Jerome Alexander presentó nueve tracks que son sinónimo de un pop fino, aunque la industria prefirió dejar el LP en el apartado de “ambiental”. Y sí, definitivamente hay tal trabajo en los arreglos y la mezcla de sonidos acústicos y electrónicos que nos sentimos como en el campo o el bosque, recorriéndolo y contemplando, porque esa es la idea principal: que sea un viaje. Y le quedó muy bien.

Message to bears – Carved from tides

 

Al parecer se ha vuelto una linda y sana costumbre que año tras año algún rapero publique un álbum reflexivo, que si bien no resuelve nada ante el entorno que sigue amenazando a las minorías raciales en diferentes partes del mundo, sí representan un dedo sobre la llaga que eleva la música a algo más que simple entretenimiento. Dev Hynes entregó 17 temas, por lo que era difícil que fallara en todas. Y aunque hay algunas canciones que podrían salir sobrnado, la verdad es que más de la mitad valen la pena y merecen un reconocimiento para quienes logran hacer música con poco: unos cuantos instrumentos pero letras poderosas.

Blood Orange – Freetown sound

 

Sorprendieron cuando se asomaron por las tiendas de discos en 2008 porque traían esa mezcla de rock retro y soul, con trompetas por todos lados y un chingo de energía. Ahora se les exige porque Turner es líder de una de las bandas más populares del mundo y Kane es uno de los solistas más queridos del Reino Unido. Pero, no bajaron de calidad, mantienen su nivel, traen todavía esa onda de música vieja que saben hacer como pocos y se combinan con una coordinación que decenas de bandas envidian.

The Last Shadow Puppets – Everything you´ve come to expect

Claro que pareció aburrido a muchos. Un álbum que da más fuerza a las letras cargadas de referencias a los tiempos políticos que vivimos por encima de la música no iba a agradar a cualquiera. Pero a la par de su cambio de sexo, Antony Hegarty se le tiró encima a todos porque sabe que hay una generación desesperada y desolada ante tantas promesas y pocas realidades. No adivina el futuro, pero bien que se aventuró a hablar de nuevos gobiernos ante el desgaste de las fórmulas de siempre.
Anohni – HOPELESSNESS

 

Cuando anunciaron que se venían con un disco que recopilaba lo que no incluyeron en otros álbumes hace años pensamos que se venía tal cantidad de retacería que íbamos a querer crucificarlos. Y la verdad es que no. Porque son canciones concebidas en estos momentos de transición, de la banda de brit pop del momento a la conversión de un referente de la música indie. Pero aunque provengan de todas esas pizas, muy diferentes entre sí, tiene esa unidad que pudo infundir un oído pulido como el de Greenwood, dramatizando los temas con arreglos propios de una banda sonora. Es entonces el trabajo más “fílmico” y esa es una innovación más de un grupo que no ha parado de hacerlo.
Radiohead – A moon shaped pool

Brit pop de los 80. En exceso y con luces de neón incluidas. Los ingleses se pusieron groovys y sus baladas, cargadas de sintetizadores y coros pegajosos, coquetean virtuosamente con esos hits que pasaron a la historia décadas atras. De ahí que este año hayan publicado una de las placas más importante en términos musicales: porque lo retro, nos guste o no, es lo de hoy.
The 1975 – I like it when you sleep, for you are so beautiful…

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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