El hijo de puta del sombrero es de esas obras teatrales que duran un par de horas pero duelen toda la vida. Es así porque el montaje que dirige Daniel Gímenez Cacho no da descanso en un retrato intenso sobre las adicciones, las traiciones y la incapacidad humana por salir del hoyo sin cargar en la espalda todo el peso de la culpa.
A partir del descubrimiento de un sombrero se desencadena una historia de celos que irá presentando a un conjunto de personajes llenos de inseguridades.
Con un texto inteligentísimo, el reparto va mostrando poco a poco un compendio poco agradable de miserias humanas, desnuda puntillosamente las carencias de los personajes y nos pone frente a un espejo para involucrarnos en este juego perverso de reconocernos codependientes de algo, una droga cualquiera que puede hacernos perder el juicio.
Se trata de una comedia ácida sobre miedos, drogas y excesos, de relaciones complicadas y de pagar el precio de las recaídas.
Jackie es un ex-alcohólico y ex-yonki que tras salir de la cárcel y pelearse con Verónica, su pareja desde la secundaria, se va a vivir con Ralph, su padrino en el proceso de desintoxicación.
A partir de ahí se desencadenarán una serie de desencuentros hiper realistas que nos mantienen en tensión en todo momento.
El hijo de puta del sombrero fue escrita en el 2011 por el dramaturgo, guionista y director neoyorquino Stephen Adly Guirguis.
Es una puesta en escena agotadora e inquietante, tan extrema en su plantamiento que es muy difícil no salir de la sala con el corazón tranquilo ante el punzante auto escarmiento al que son sometidos el quintento de personajes que se apoderan del escenario con la voracidad de un adicto en proceso de rehabilitación.
Tendrá funciones en el Foro Shakespeare los viernes a las 20:30 hrs., los sábados a las 18 y 20 hrs. y los domingos en punto de las 18 hrs. hasta la primera semana de enero.
**Fotos cortesía de la producción
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