Edén o cómo algún día dejamos de ser jóvenes

 

Más que una película sobre la la música electrónica en Francia durante la década de los noventas y hasta nuestros días, Edén (Mia Hansen-Løve, 2014) es una reflexión sobre el obligatorio acto de crecer y algún día tener que ser una persona madura.

La cinta, que está actualmente en cartelera en diversos cines y que se ha presentado en festivales alrededor del mundo, aborda el proceso de éxito y el ocaso de un DJ que se deja llevar por todos los placeres que caracterizan esta actividad, pero por encima de eso, es una forma de observar que no siempre se será joven y no todo el tiempo la fiesta estará ahí.

La banda sonora es un repaso por el desarrollo de la música electrónica francesa, incluidos los muy queridos Daft Punk, pero la trama va más allá y exhibe cómo la fama, el éxito es efímero y más aún, la necesidad de crecer y entender la madurez en su plenitud. Es un viaje necesario que algún día debemos emprender.

El cuerpo lo sabe y lo aprende, algún día dejamos de ser jóvenes y los vínculos de codependencia se deben de cortar para poder crecer, no es así en Edén, ya que el personaje principal se vuelve víctima de sus propias decisiones que son dirigidas –principalmente- por sus deseos de continuar en ese espacio de confort que tanto gusto le dio y que ahora resulta ser su prisión personal.

Es pues que Edén nos lleva de la fiesta a la ruina, es un vistazo al cambio permanente que representa la vida, a esos nuevos escenarios que están fuera de nuestras manos ya que en cada día algo nuevo pasará, sólo queda estar siempre atentos antes de que el tren de uno mismo no nos deje abandonados en la espera de que nada se moverá.

Edén en Rotten Tomatoes.

Checa esta playlist con el INCREÍBLE soundtrack de Edén.

Oscar Mendoza

Comunicólogo de profesión. Chilango por nacimiento, yucateco por adopción y convencimiento. Interesado en temas sociales, justicia, derechos humanos, tendencias, moda, comida, música, arte y culturas. La política me apasiona y las rarezas me hacen perder la cabeza. Creo en el fin de mundo y espero el colapso zombie.

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