Ponle Play: discos nuevos de Samia, Kip Moore y Belafonte Sensacional

Ponle Play

Samia – Bloodless

La de Minneapolis ofrece un tercer álbum más tirado al pop sin perder sus raíces folk y con una narrativa inquietante que crea una inteligente metáfora en la que humanos y bovinos comparten este estatus de producto para el matadero.

Es por medio del sacrificio que la cantante se replantea los estándares que se fijo para ella misma y por ello el tono agridulce de un disco que suena más tierno de lo que parece.

Pero eso es porque no pretende ser agresiva con su autoanálisis, sino ofrecer una experiencia reflexiva en la que intenta entender sus acciones antes que desbocarse con cualquier reclamo o furia.

Kip Moore – Solitary Tracks

Un disco country que se olvida de los ganchos, que no teme en apostarle al discurso del forastero, tanto como personaje como una enamorado del folk que no pretende hacer lo que hizo en sus inicios.

Por eso persiste su espíritu rockero pero que tristemente cae en la monotonía aunque insista en cantarnos que quiere vivir la vida al máximo.

Es un álbum profundo en el que reflexiona sobre sí mismo y el paso del tiempo, de los modos que le apasionan y de aquella necesidad de alejarse de la gente para ser lo más lúcido posible al momento de evaluar sus entornos, como un extranjero para quien todos y todo es una peculiaridad.

Belafonte Sensacional – Llamas Llamas Llamas

Se atrevieron a incendiarse para renacer de sus cenizas al igual que ha ocurrido una y mil veces con la Ciudad de México que retratan, desde sus tiempos de Distrito Federal y, por momentos, incluso más atrás.

El recorrido por las calles que huelen a todo menos a glamour es emocionante, variopinto, y un llamado a ver nuestros orígenes como capitalinos, a comprender de dónde nace tanta peculiaridad y de paso abrazar la diversidad popular que nos encuentra en cada esquina de esta ciudad monstruo.

No se trata de una vuelta al pasado, sino la evocación de esa historia que determina las características de los millones de habitantes que a diario se enfrentan a una ciudad que nos orilla a plantearnos ¿por qué sigues aquí?, mientras ardemos en un sitio que pese a su condición de hoguera permanente tiene ese encanto propio del chilango.