Ponle Play 2025: discos nuevos de Bon Iver, Lizzo y Tyler, the Creator

Ponle Play

Bon Iver – Sable, Fable

Como si se desfragmentara con la música que presenta, mucho más grande en matices e instrumentalización, Justin Vernon tiene claras inclinaciones pop que no estorban a sus ganas de ser mucho más colorido y amplio en sus formas de expresarse.

Sus historias de amor son un tanto más eufóricas, con más emoción y con un cambio en su tonalidad que resulta aún más atractivo que el falsete que ya le conocíamos.

Podríamos decir que estamos ante la faceta más atrevida del de Wisconsin, aún con esos ánimos de purgar lo que le duele, pero de un modo distinto, no mejor, simplemente diferente, permitiendo que sus sentimientos tengan mucho más color que los grises que solía presentarnos.

Lizzo – My Face Hurts from Smiling

Se veía venir un disco en el que presumiera que está conforme con todo lo que ha pasado a su alrededor, y aunque más atrevida, es notorio que quiere repartir chingadazos verbales y qué mejor manera que explorando su lado más rapero y confrontativo.

Lamentablemente, más que un ejercicio de estilo o en aras de nuevo alcances, parece un disco que persigue intereses viscerales por encima de los artísticos y su espíritu recargado no enfoca las energías a ampliar sus riquísima esencia R&B.

Pero, no es que sea un desperdicio, simplemente regresó a sus raíces, desplegando notas más “sucias” y dispuesta a demostrar que regresó más perra que nunca.

Tyler, the Creator – Don’t Tap the Glass

Ya nos acostumbró a que cada nueva entrega es una bomba, pero este acercamiento al funk de sintetizadores parece un pretexto simple para ponerse a bailar mientras demuestra que no le importa si es el más experto en las pistas, pues simplemente quiere sudar mientras deja detrás los problemas de la vida diaria.

Por primera vez desde hace varios discos, no hay concepto, se trata nada más de un trabajo que reúne piezas cortas que invitan a mover el pie en lo que usa todos los sonidos de baile que le orillan a mover las caderas.

Lo raro es que no tiene canciones tan pegajosas como otras de las que abundan en sus álbumes más recientes y menos clavados con el baile, pero, tampoco es como que no arme una fiesta funky amable.