Esos discos en español del 2025 que debes escuchar
Belafonte Sensacional – Llamas Llamas Llamas
Se atrevieron a incendiarse para renacer de sus cenizas al igual que ha ocurrido una y mil veces con la Ciudad de México que retratan, desde sus tiempos de Distrito Federal y, por momentos, incluso más atrás.
El recorrido por las calles que huelen a todo menos a glamour es emocionante, variopinto, y un llamado a ver nuestros orígenes como capitalinos, a comprender de dónde nace tanta peculiaridad y de paso abrazar la diversidad popular que nos encuentra en cada esquina de esta ciudad monstruo.
No se trata de una vuelta al pasado, sino la evocación de esa historia que determina las características de los millones de habitantes que a diario se enfrentan a una ciudad que nos orilla a plantearnos ¿por qué sigues aquí?, mientras ardemos en un sitio que pese a su condición de hoguera permanente tiene ese encanto propio del chilango.
Guitarricadelafuente – Spanish Leather
Homoerotismo de primer nivel enmarcado en un aura flamenca que le da un tono de tragedia a la historia de un individuo que está tratando de liberarse de ataduras.
Y en medio de esta batalla por cantarle a todos sobre su sexualidad, hay un sonido potente que va de los coros sensible a modo de conciencia y un golpe de sensualidad que ejemplifican de maravilla ese conflicto entre el amor idealizado y el deseo más salvaje.
Armonías disonantes y distorsiones abundan para darle un toque lo-fi, aproximándose a la suciedad de emociones que se supone no debieran de existir, pero están presentes en un protagonista que abraza su sexualidad y la presume de manera elegante.
Bad Bunny – Debí tirar más fotos
El conejo malo tira por la borda aquello de que los ritmos caribeños y sonidos que solían bailar nuestros padres es “música para viejitos”. No es que no se haya hecho antes, pero el sabor y el ritmo que le imprime el puertoriqueño, alejándose a veces incluso de su tradicional reguetón, le convierten en un trabajo referencial y en un cariñoso homenaje a sus raíces.
No es que sea el futuro de la música urbana, es que finalmente alguien se dio a la tarea de explorar de dónde nace el llamado flow que presumen hasta quienes no tienen grandes recursos líricos, y el sexto disco de Bad Bunny es una declaración audaz de amor a esos géneros que se masificaron en las calles antes de pasar a los salones de baile.
Es el modo, muy personal del cantante, de revivir los recuerdos de los suyos, de quienes ya pintan canas o que no tienen la misma facilidad para contonearse al ritmo de la música, pero que no pueden dejar de hacerlo cuando suena un deambow, una salsa o una rumba, como cuando se dejaban guiar por ella en sus años mozos.
Rusowsky – Daisy
Pues es que se puede ser divertido y nostálgico al mismo tiempo, porque muchas veces es mejor reírse de esos momentos que son dolorosos, pero que ya pasado el tiempo hay aspectos que nos hacen sonreír.
Y no es que el disco presente una narrativa al respecto, simplemente es que el productor y DJ no opta por un sonido concreto para dejarse llevar por sus recuerdos y la memoria sonora de muchos de su generación, que se refugiaron también en el baile cuando las cosas no marchaban.
A ratos suena a videojuegos, sí, porque así como esas tonadas de 16 bits nos remiten al pasado, también hay guiños, sampleos e intros que tienen esas ansias de regresarnos al ayer para generarnos una mueca de alegría, aunque en ese preciso instante hayamos imaginado que estábamos ante la gran tragedia griega. Al final, bailamos y la vida siguió su curso. Como primates que en algún momento evolucionaron y aprendieron a razonar.
Ela Minus – Día
Acrecándose a melodías más pop, la colombiana demuestra cuánto ha madurado en su búsqueda de un sonido propio en el electro latino.
Luego de un debut un tanto oscuro, la tirada ahora es más luminosa, con temas que se aproximan, sin ser una copia, a lo que dominó la escena EDM en los 90, aunque para nada se siente como un homenaje, sino como una referencia.
La mayoría de sus melodías techno logran subidas realmente emocionantes. Pese a que algunas letras se sienten a ratos un tanto tristes, el mensaje es esperanzador, igual que los picos musicales que logra alcanzar.
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