“Yo antes de ti” y la moda de la comedia romántica agridulce

 

En el apartado de comedias románticas inventar o trascender se vuelve complicado porque es un género en donde los cánones son prácticamente irrompibles. Advertencia: como pocas veces en este espacio, hoy sí dejamos entrever aspectos importantes de la trama del filme, que no es lo mismo que el spoiler.

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Una vez dicho lo anterior: “Yo antes de ti” es, y no, la típica comedia rosa por las siguientes razones: es, porque A conoce a B y la vida de ambos cambia cuando luego de un choque de personalidades se descubren como complemento el uno del otro, viven momentos místicos mágicos musicales –claro que es sarcasmo- y entonces la vida es buena y todo irá bien, pero, no lo es porque el argumento “de siempre” no se cumple.

Que el romance no se concrete o que enfrente mayores adversidades a las convencionales se viene manejando desde los comienzos del cine. Es más, yo me declaro fan irredento de una de las primeras chic flicks en la historia de la cinematografía: “Casablanca”. Desde luego, para ese entonces no se aplicaban esas etiquetas y sí resultaba novedoso que el final no fue lo que se esperaba.

Entre el cinismo, la modernidad, el vive y deja vivir, la maquinaria hollywoodense procura ahora los finales agridulces, esos en donde la fatalidad llega pero también la enseñanza. Entonces, uno sale de la sala de cine con la sensación de pérdida, pero con este espíritu exaltado porque sabe que la vida es así: pasan cosas buenas para que ocurran luego cosas malas y viceversa.

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“Yo antes de ti” se apoya en el encanto de sus protagonistas. Una Emilia Clarke un tanto exagerada pero atractiva como la niñata que necesita demostrar y demostrarse que no es una inútil por no conocer otras realidades y un Sam Claflin que encarna a un personaje amargado, pero que muchas mujeres, realmente muchas, no le harían el feo así notaran que es el fulano más estúpido y/o egoísta del planeta –en México la muestra de lo que digo ocupa la silla presidencial-.

Pero, pese a lo convencional, el filme tiene su lado amable con la pareja conformado por los actores mencionados, sin embargo no pasa de ser parte de esta moda literaria fílmica en donde la tragedia es el nuevo rosa. Detrás de este amorío hay un tema crudo, triste y muy actual que aparece como un simple adorno: la eutanasia.

En escena vemos a Charles Dance y a Janet McTeer lidiar con la depresión de un hijo cuadrapléjico y la elección de quitarse la vida –no hay spoiler aquí, las intenciones del joven guapo se desvelan hasta antes de la primera hora del filme- y su angustia y la encrucijada aparecen pero sólo por momentos, porque a la directora Thea Sharrock le pareció más importante abordar el tema con resignación y de modo lindo.

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El relato sea cae ante tanto lugar común. En su estructura de drama lacrimógeno deja de lado una condición que ha sido abordada con éxito en otras películas. Y es que sin convertirse en un tratado filosófico o un intento académico, “Yo antes de ti” no quiso explicar la sexualidad de su protagonista lisiado, muchos menos lo difícil de la existencia de estas personas, porque para fines de entretenimiento es más fácil hacer que la hermosa Clarke se enfrasque en un duelo de sonrisas con el joven Claflin.

Y toca fibras sensibles porque el montaje busca eso y el mérito es que no lo hace de modo forzado, simplemente prefiere ignorar lo que rodea a una chica de economía limitada que cambia de atuendo como si su guardarropa fuera más grande que una bodega o a un hombre discapacitado que vive en un ambiente tan ñoño que se entiende su añoranza.

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Es una cinta que no se diseñó para reflexionar sobre la muerte asistida o sufrir por los amores que se concretan o no, sino para dar un aliento, tipo libro de superación personal, a aquellos que piensan que la vida apesta. Como dice el popular adagio: nada es verdad, nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira.

 

Me before you (2016)

Director: Thea Sharrock.

Protagonistas: Emilia Clarke, Sam Claflin, Charles Dance, Janet McTeer, Matthew Lewis.
Guión: Jojo Moyes.
Fotografía: Remi Adefarasin.
Edición: John Wilson.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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