Spider-Man: De regreso a casa: Marvel juega con su niño interno

 

El cine de superhéroes está saliendo del bache que autogeneró con tantas explicación de orígenes y para sacudirse el marasmo ha optado por hacer que sus películas parezcan más otra cosa que historias de gente con súper poderes. Spider-Man: Homecoming puede ponerse, por ahora, en el casillero más alto de esta reinvención.

La vuelta del arácnido a la casa Marvel fue el prexto ideal para que tanto creadores como productores entendieran que este manoseo de héroes por doquier es una gran broma y dentro de ella colocan la nueva aventura de Peter Parker, más joven que nunca, en pleno momento donde se le escapa la niñez.

Primer punto a favor: no más araña radiactiva o genéticamente alterada. Precisamente este ir y venir de reinvenciones nos ha llevado a ver una y otra vez el evento que transformó todo, la confusión del héroe y su ascenso como paladín de la justicia. Aquí no. “Spider-Man: De regreso a casa” comprende que ya no es necesario. El arácnido está tan arraigado a la cultura popular que las explicaciones salen sobrando. Por el contrario, la idea de ligarlo inmediatamente a la historia de “Capitán América: Guerra Civil” es un acierto económico, pues obliga a los recién enterados a consumir, aunque sea por curiosidad, los trabajos previos.

Abre en el preciso momento donde una adolescente busca encajar en un grupo, donde la escuela le resulta aburrida y es objeto de burlas por parte de algunos compañeros, además de que la chica que le atrae ni siquiera sabe que existe. Lo normal en esa etapa de la vida donde los que no brillan por cierta cualidad son los “apestados”.

En ese sentido, “Spider-Man: Homecoming” parece más un filme, por momentos, de John Hughes que una nueva aventura de superhéroes. Y eso es magnífico, porque pocos minutos se trata del tipo en mallas que va a salvar el día. Claro que llegamos a ese apartado, pero por la naturaleza misma de la producción. Las partes más atractivas son precisamente estas en donde Parker (un muy convincente Tom Holland) va a una baile de graduación, desatiende sus clases y es el patiño del grupo.

Hasta el mismo villano elegido para hacerle frente tiene un origen simple, alejado de mutaciones genéticas o intrincados procesos científicos: es el ratero con ingenio y ansioso de poder. Una amenaza cierta pero adecuada para un chico de 14 años.

Por eso el universo escolar a lo Hughes es tan trascendente en “Homecoming”: es el sitio del cual busca escapar el protagonista, un ambiente que le resulta más hostil que enfrentarse con criminales y súper villanos.

Y volvemos al punto de la “gran broma”: si antes nos dedicamos a buscar “easter eggs” de las historietas o películas anteriores y/o posteriores del Universo Marvel, ahora la búsqueda es de esos momentos del cine adolescente escolar estadounidense que tanto éxito cosechó en los 70 y 80.

Esta modalidad de Marvel de no tomarse tan en serio todo lo que está creando ha rendido frutos, herencia de lo logrado en “Guardianes de la Galaxia” que se replica ahora con El hombre araña, por eso las constantes burlas a los héroes de ese universo. El mismo Capitán América aparece en el filme como una parodia de sí mismo, arrebatando toda solemnidad a estos tipos todo poderosos.

Jon Watts, el mismo que tiene como carta de presentación “El payaso del mal“, se aleja por completo del drama para hacer una comedia efectiva, en donde el ritmo que imprime Holland es preciso para no ver venir los giros de tuerca propuestos hacia el final de la película.

Nuestro amigable vecino ha vuelto, en mucha mejor forma que antes, porque es, de nuevo, el tipo que arregla las cosas del barrio, que atiende a la delincuencia local. Ya vendrán nuevas aventuras en donde deba de salvar el planeta, una vez que se convierta en hombre, se dedice a hacer fotografías y piense en un futuro con MJ (ya no Mary, porque en esta reinvención los nombres y personalidades cambian).

Si la idea de Marvel es que Spider-Man encabece la fase 4 de ese proyecto que intentan expandir por décadas han comenzado con el pie derecho.

Cuando pensamos que no había modo de que el trepa muros volviera a su formato más básico, con momentos bobalicones y toda la vena del adolescente inmaduro y boquiflojo, Marvel dijo que sí y el resultado es grato. No, grato no, espectacular.

 

Spider-Man Homecoming (2017)

Dirección: Jon Watts.
Guión: Jonathan Goldstein, John Francis Daley, Jon Watts, Christopher Ford, Chris McKenna, Erik Sommers.
Reparto: Tom Holland, Michael Keaton, Robert Downey Jr., Marisa Tomei, Zendaya, Tony Revolori.
Edición: Debbie Berman, Dan Lebental.
Fotografía: Salvatore Totino.

 

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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