Ponle play: discos nuevos de Unkle, Jaialai y Rostro del Sol

Ponle play: discos nuevos de Unkle, Jaialai y Rostro de Sol

Ponle play

Unkle – Rōnin I

James Lavelle reconstruye su trabajo añadiéndole sonidos de club a algunas composiciones y se sirve de colaboradores varios para invitarnos a una noche de disco y hartos beats.

Se trata de un mixtape con la estructura de una película, y aunque la historia narrada no logra cautivar, el experimento basta para invitarnos a mover el pie.

Pese a que la gran mayoría de las piezas fueron compuestas antes de los encierros pandémicos, la esencia del álbum tiene mucho del confinamiento, lo que puede ser confuso, pues no estamos ante un trabajo desesperanzador, sino delante de uno que nos pide recordar cuánto extrañamos las pistas de baile.

Jaialai – As Sweet as I Was

Así suena para el cuarteto de Miami la pérdida de la inocencia. Su tercer EP tiene estos tintes agridulces de quien sabe que está a punto de dejar un estado para enfrentar amenazantes complicaciones.

Con un sonido estridente, el conjunto busca llamar la atención, aunque resulta más atractivo con sus letras cargadas de confusión y aceptación ante el camino elegido.

Hay incluso espacio para la crítica del comportamiento humano, ritmos pop bailables y minutos para la búsqueda de la paz interior.

Rostro del Sol – Rostro del Sol

¡Qué buena está esta psicodelia chilanga! ¡Pega cabrón! Un discazo, sin duda.

Riffs de guitarra con alta dosis de jazz y distorsiones al por mayor para crear una atmósfera que nos hace gozar de las influencias de los 60 y 70 que marcaron a estos músicos.

La energía impresa en este trabajo es sorprendente, gratificante y, lo mejor de todo, terriblemente actual. Sus combinaciones son tan certeras que el viaje en el tiempo está garantizado, pero tienen los efectos necesarios para dar testimonio de los tiempos que vivimos.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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