Imagen: BBC.

Ponle play: discos nuevos de The Rasmus, MXXWLL y Kamasi Washington

 

The Rasmus

Los finlandeses acapararon la escena con su mezcla de pop y su disfraz de darketos. Cierto, la propuesta siempre ha estado muy alejada del goth rock, en tiempos donde se confundía la gimnasia con la magnesia, lo que llevó a muchos a pensar que realmente estaban inmersos en el movimiento “dark”.

Su regreso demuestra que todo fue pura pose, que hacen un pop muy dulce que produce una trabajo totalmente opuestos. ¿Por qué? Porque tenemos un disco muy luminoso que aborda la oscuridad. Y la trata, pero no lo es, nunca lo ha sido. Pero sí es una vuelta que incluye esos ritmos bailables y amables que los hicieron famosos.

 

MXXWLL

¡Qué gran debut!

Cuando hablamos de álbumes instrumentales por lo general se trata de jazz, blues, ondas muy rockeras o, tiempo atrás, esa moda llamada New Age. Pero el de Sidney hace lo que pocos: hip hop y rap sin letras. Claro, no es tal cual porque la esencia del género son sus rimas, pero lo que hay detrás, lo que algunos piensan es una simple caja de ritmos, aquí rompe el mito.

El productor se luce y le pone mucho funk a su primer largo, cargado de buena vibra y harto soul.

 

Kamasi Washington

¿Alguien duda de su influencia como saxofonista y compositor?

Los amantes del jazz (quienes buscan nuevos sonidos y no se quedan escuchando lo mismo de siempre) han encontrado en el californiano a un digno sucesor de la herencia negra, reflejada en esos ritmos alegres que imprime en cada uno de sus discos.

Al igual que en el épico “The Epic”, regresan los coros “espaciales” y las atmósferas extrañas que acompañan su aliento con esa improvisación propia del hip hop que suma a su estilo.

Bajo la filosofía de lo que llama el “contrapunto”, busca (con éxito) motivar a la reflexión al tiempo que se degusta un refinado y muy agradable jazz de la nueva era.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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