Imagen: Chilango

Ponle play: discos nuevos de Sotomayor, Tame Impala y Squarepusher

Ponle play

Squarepusher – Be up a hello

A veces necesitamos un “pequeño empujón” para sacudirnos la pereza y crecernos ante la adversidad. Tom Jenkinson sufrió un accidente que lo hizo volver a una juguetona forma de hacer música electrónica.

En algún momento su estatus de promesa de la EDM se perdió y lo orgánico de sus composiciones cedieron su lugar al robot, pero su más reciente largo parece colocarlo de nuevo en el punto de salida. Es una especie de “segunda oportunidad”.

La forma en la que solía combinar sonidos para crear piezas novedosas con tintes ochenteros regresó, un tanto más marcada que antes y con un atmósfera espacial que significa un extra a los tratamiento vintage que solía regalarnos antes de que el término se masificara.

Sin ser un disco de 100, el retorno a lo que más nos entretiene de su música se agradece y nos hace pensar que el retorno generará momentos más poderosos que los logrados con anterioridad.

Tame Impala – The Slow Rush

La psicodelia continúa, pero ahora la meta es llegar a todos los oídos. Quizá sean las múltiples colaboraciones de Parker y compañía con íconos del pop lo que les ha acercado a la creación de piezas más sencillas y sin tantos niveles por escalar.

Los sintetizadores cobran mayor relevancia en un disco que tiene más ganas de hacernos bailar que reflexionar, aun cuando existe una idea clara de abordar como línea temática el paso del tiempo y los sentimientos que derivan de nuestras acciones y omisiones.

Los australianos eligen ahora ser “lindos” para cantarnos sus debrayes. No pierden calidad, no les resta contundencia, simplemente han decidido incluir a todos en este viaje colorido. Parece que el momento en el que la banda decide relajarse ha llegado. Es pues una pausa, probablemente para decidir hacia dónde apuntar ahora que son la banda festivalera por excelencia.

Sotomayor – Orígenes

Hacer lo simple es el enorme mérito de este dúo mexicano. Este nuevo esfuerzo se asemeja a una declaración de principios y enmarca con mucho ritmo lo que les mueve a hacer música: ponernos a bailar.

Los temas son un alegre mezcla entre la candente herencia latina y lo más somero de la tecnología que permite la construcción de la música electrónica. Es una suerte de fiesta tribal, construida con lo mínimo, no por carencia, sino con ánimos de mostrar que la ejecución con idea clara de lo básico puede armar emotivas juergas.

Este par de hermanos expone con lujo la coquetería que caracteriza la forma en la que entienden sus raíces musicales.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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