Ponle play: discos nuevos de Laura Mvula, Billie Eilish y Murcof

Ponle Play

Laura Mvula – Pink Noise

Que se haya centrado en un pop más comercial para que la disquera que recién la fichó saque provecho de su enorme talento no está mal, incluso se ha vuelto más accesible al gran público sin perder sofisticación, aunque es evidente que ha dejado de lado, esperemos de manera momentánea, ese soul tan fresco que le caracterizó cuando se dio a conocer.

De hecho, se suma a la tendencia de hacer música con una notable carga ochentera, pero se esmera por salir del tratamiento barato: ofrece algo más, una atmósfera post disco que nos recuerda que son sonidos prestados y estéticas de tiempos pasados.

El cambio más notorio es la instrumentalización, pues de esas portentosas orquestaciones no queda nada, han sido suplidas por sintetizadores que crean melodías que nos recuerdan a los comienzos de Janet Jackson y similares. Sin embargo, el trabajo es, por mucho, más divertido que los anteriores.

Billie Eilish – Happier Than Ever

Que el título no los engañe, no se trata de una intérprete feliz por haber logrado el estrellato, por el contrario, es un pasaje oscuro en el que ironiza todo ese brillo alrededor de una joven que sigue soltando depresiones y ansiedades para no perder la cordura.

Y aunque el disco es muy variado en cuanto a sonidos, la esencia es la misma: una mujer que vende la falsa idea de bienestar, porque esa es su forma de denunciar lo que la industria de la música hace con sus estrellas: quieren verlas brillar a cualquier costo.

Al final, el sonido de Eilish no alcanza los niveles suficientes para superar lo que hizo en su trabajo anterior, pero sí pule con determinación ese estilo con el que expone lo que le duele en lo personal y lo colectivo, demostrando que su intención no es ser ejemplo de una generación, sino levantar la voz ante lo que considera que debe debatirse.

Murcof – The Alias Sessions

Fernando Corona ofrece su trabajo más abstracto hasta el momento, en una combinación de sonidos no tonales que se extienden por muchos minutos, demasiados por momentos.

Lo que siempre ha logrado, y ahora no es excepción, es el tránsito auditivo por universos desconocidos o atmósferas intrigantes que nos hacen pensar en la banda sonora de un descubrimiento enigmático o en medio de una galaxia distante en donde se escuchan a los lejos tonadas misteriosas.

Sin duda es un trabajo difícil de digerir, pero eso no resta méritos a la genialidad del mexicano, que estructura una suite espacial que bien puede acompañar a cualquier película cuyo centro sea la oscuridad (y cómo salir de ésta).