Ponle play: discos nuevos de King Gizzard & The Lizard Wizard, Shame e Instituto Mexicano del Sonido

Ponle play

King Gizzard & The Lizard Wizard – L.W.

Más que exploración parece ociosidad, pero no suena nada mal si tomamos esta continuación del “K.G.” como el pie que necesitan para ir avanzando en la depuración de esa propuesta microtonal que buscan perfecionar.

Es de esos discos que complemento funcionan de maravilla, pero que por si solo no significan mucho. Eso no quiere decir que los australianos hayan perdido la brújula, por el contrario: ésta es la brújula.

Shame – Drunk Tank Pink

Así suena cuando el post punk quiere lograr otros niveles. Los británicos se llenan de “rosa” para presentar los efectos de una práctica de los 70 que pretendía apaciguar los espíritus exaltados en prisiones y centros de detención. Por eso pintaron sus paredes con ese color y lo que resultó es un funky amable acompañado de ciertos toques de rabia.

Lo que tenemos aquí es una prueba de cómo un tono apacible puede desencadenar en tremenda furia. Lo de los de londinenses es una aventura que termina bien para nuestros oídos, pero metafóricamente es el recuento de un trayecto irritante.

Instituto Mexicano del Sonido – Distrito Federal

El extinto Distrito Federal, con sus aires de megalópolis de tono provinciano, vuelve pero a modo de homenaje por parte de Camilo Lara y sus secuaces. Con este disco nos hace recordar que la esencia de esa ciudad que apunta al primer mundo pero que no sabe cómo ser de élite sigue ahí, en los sonidos que pensamos había desaparecido.

Porque este recorrido es por el barrio, por la calle sucia, donde se vende la garnacha y el que compra fierro viejo es rey. No le cantan al glamour de la ciudad, sino al encanto del sonidero sonando con todo en una vecindad cualquiera a punto del hacinamiento.

Para bien o para mal, el Distrito Federal está más presente que nunca en el AND de los chilangos que nunca. Al escuchar este recuento de melodías familiares entendemos que pese al cambio de nombre, el poder defeño nunca se fue.