Imagen: Eco Diario.

Ponle play: discos nuevos de Jake Bugg, El David Aguilar y Münik

 

Münik

La primera vez que los escuché pensé que Thalía se había sumado a una banda y había refinado la música pitera que siempre canta. Pero no. Se trata de un grupo madrileño de electropop que rescate la herencia de los músicos armados de sintetizadores de la España de los 80. Y el debut es notable, aunque no con el brillo que sus embelesados fans pregonan.

Un disco muy completo y variado, pero que cojea en donde la gran mayoría de los cantantes pop: las baladas. Porque cuando se ponen divertidos, oscuros o soñadores, fluye todo de las mil maravillas. Pero en los temas de desamor, se oye igual.

 

El David Aguilar

En definitiva es un poderoso letrista y para este nuevo disco se aleja de la rima complejo y explota su lado cotorro. No tiene la voz de encanto, pero su sentido del ritmo es tan poderoso que puede transitar de un género a otro con un sello distintivo que “Siguiente” es igual de energético como certero.

Se acabó el exceso de metáforas, lo del nuevo álbum son letras directas y muy jugetonas, como en “Eco”, donde exhibe toda la creatividad que le caracteriza.

Apabullante. Un trabajo precioso.

 

Jake Bugg

La transición se ha concretado. El de Nottingham ha abandonado por completo parte de la música rápida y llena de picardía con que se dio a conocer y se ha concentrado ya en el country folk.

Lo bueno: está haciendo lo que le gusta, lo que le viene en gana y explora los ritmos que lo llevaron a convertirse en un fenómeno. Lo malo: este camino lo ha alejado del estatus de headliner festivalero que muchos le auguraban. Su carrera está en el limbo, aunque estamos ante un disco maduro, lleno de imágenes y momentos dolorosos.

Definitivamente, no es el álbum que los devotos de sus dos primera placas van a aplaudir, pero sí uno en donde sigue explotando su creatividad. Instrumental y liricamente, su capacidad y talento se mantienen intactos.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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