Imagen: Radio.com.

Ponle play: discos nuevos de Exquirla, Phoenix y Nickelback

 

Exquirla

Cuando se anunció que el ocio reuniría a los madrileños de Toundra con los de El niño de Elche sonaba a que se aproximaba un desastre seguro por las propuestas tan opuestas que representan, pero el debut de Exquirla no sólo es poético y potente: es aplastante en muchos sentidos y un triunfo a los que arriesgan sin importar el juicio de quienes sólo escuchamos y rara vez ejecutamos.

Si bien hay aportaciones de uno y otro lado en sus respectivos géneros, la fusión está por encima del encasillamiento. Es música con letras que señalan con poder a los muertos en el sentido figurado: a los derrotistas, a los cínicos, a los que han dejado de creer. En lo que sea.

 

Nickleback

Un álbum oportunista, que trata de sentar postura ante los momentos oscuros que se viven en Estados Unidos y que amenazan con extenderse en el apartado sociopolítico.

Nunca ha sido la marca de la casa, lo suyo siempre fue una especie de pseudo metal que nunca convenció a nadie porque lo más representativo de su trayectoria son las canciones pop que sonaban “diferente” por el tono rasposo de Kroeger y los guitarrazos de deslumbrón.

Totalmente olvidable.

 

Phoenix

Soy débil ante Phoenix. Los de Versalles ya han demostrado que sus propuestas menos espectaculares son impresionantes en vivo.

No se han alejado del todo de ese rock arena que buscaron en Bankrupt!, lleno de efectismo pero con momentos muy lindos. Con “Ti amo” los teclados siguen jugando un papel primordial pero de un modo más armónico y melódico.

Pero el mérito principal es que han logrado una universalidad tal que es envidiable pese a que rescatan sus influencias francesas e italianas. Un trabajo que no está al nivel de sus primeras entregas, pero que refrenda ese espíritu de conquista, de buscar nuevas formas de contar historias, aunque ahora se inclinen más por el pop tecno electrónico bla, bla, bla.

Imposible no mover “el piecito”.

 

 

 

 

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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