Ponle play: discos nuevos de AJR, The Offspring y Anlaki

Ponle play: discos nuevos de AJR, The Offspring y Anlaki

Ponle play

The Offspring – Let the bad times roll

Un disco de altibajos, en donde despliegan todo ese enorme poder que los convirtió en un ícono de los 90, pero también una parte dulce que no tenía sentido ante la alta dosis de sarcasmo que incluye los temas más sobresalientes de este trabajo.

Sin embargo, es un retorno memorable, sobre todo porque esa vuelta al origen viene más ácida que nunca, con harta diversión consigo y muchas ganas de burlarse de los tiempos modernos y lo que ha pasado incluso con ellos.

De hecho, es una buena forma de conocer a la banda, pues lo que aquí ofrecen son “probaditas”, si comparamos lo que presentaron en los albores de su discografía. Ese sí es banquete.

AJR – OK Orchestra

Suena a “viejo” porque incluyen sampleos que normalmente utilizan los raperos de un modo muy normal, sólo que el trío neoyorquino parte del fragmento de la canción para construir una sonoridad que combine con él.

Eso es lo más destacado de esta agrupación que intenta refrescar y darle otra cara al pop de hoy, con una electrónica de acompañamiento y no de relleno.

Incluso se dan oportunidad de explorar sus posturas políticas en sus letras, aunque ese apartado no luce tanto como lo melódico y el modo en el que realizan un rock arena revitalizado.

Anlaki – Radio Tower

Sonido económico, una reverencia a los 90 y buenas ideas. El esfuerzo minimalista da precisamente para eso: una pequeña peculiaridad.

Julen Izkue sigue en esta búsqueda por una reinvención del lo-fi y el poroso sonido del cassette aunque en esta entrega no lo consigue con enorme éxito.

Sin embargo, las buenas intenciones se escuchan. Es decir, hay un intento notable por hacer del pop de dormitorio otra cosa más que una moda.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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