Los mejores discos del 2020: estadounidenses

Continuamos con el conteo para darle su respectivo lugar a la nación que más produce música, aunque no toda sea merecedora de nuestra atención.

Lo que es una realidad es que Estados Unidos siempre será parámetro para medir el éxito global de determinado género. Más allá de las ventas y charts, la selección que presentamos a continuación pasará la prueba del tiempo sin complicaciones, garantizado.

Fiona Apple – Fetch the Bolt Cutters

Pocos músicos pueden darse el lujo de detener su carrera por más de 5 años y volver a la escena como si nada, y además con la potencia y empuje intactos.

Y el tema no podría ser otro que los espacios conquistados por las mujeres, en momentos en que es más urgente levantar la voz. La neoyorquina lo hace con un toque de ira, al cual ya nos tiene acostumbrados, pero también con la autoridad que le da haberse pronunciado siempre por la defensa de la identidad.

El nuevo álbum es como estar con ella en la sala de su casa, viéndola convertir sus problemas emocionales y mentales en fuente de inspiración. Estamos ante una especie de catarsis lenta, pista tras pista la vemos liberar su voz interna y alcanzar momentos realmente espectaculares. El regreso es triunfal y ella luce magnifica al engrandecer cada decisión en la que logró convertir los errores en logros.

Soccer Mommy – Color Theory

El colorido repaso que hace Sophia Regina Allison por diversos estados de ánimo es interesantísimo. Es una forma muy agradable de mostrarnos una faceta más completa de una chica que optó por no encasillarse.

La mezcla de pop y shoegaze que arroja con mayor fiereza en este nuevo LP es un buen modo de rendir homenaje a sus influencias de comienzos del 2000, muchos de ellos intérpretes que se quedaron en el proceso de llevar el pop a otro nivel.

Run the Jewels – RTJ4

La música de protesta a veces se estropea porque las letras son mucho más importantes que lo que se escucha, pero en esta ocasión el dúo consigue explotar su creatividad y furia al máximo para llevarnos a ese punto en el que compartimos la rabia e impotencia que impera en un amplio sector de Estados Unidos.

El mensaje anti-sistema es elocuente y da sentido a un álbum que pinta para convertirse en un clásico al constituirse como esos “cantos” que se integran y alientan las revoluciones.

Y aunque parece profetizar parte de la violencia racial y brutalidad policial que se repite en varias partes del mundo -al álbum se grabó el año pasado- la triste realidad es que estos músicos han entendido perfecto que mientras no se rompa la rueda esta seguirá girando, repitiendo acciones e historias, aunque con diferentes nombres, tiempos y lugares.

Waxahatchee – Saint Cloud

Todo queda en familia. Katie Crutchfield, compositora de la agrupación, hace un recorrido simple pero pulcro por sus recuerdos y cómo estos le ayudaron a superar sus adicciones. Sin aderezarlo demasiado, los tracks se nos presentan hermosamente delineados y llenos de luz.

Se trata del álbum más “bonito” de la banda de Alabama, en donde quizás el pelo en la sopa sea tanta dulzura para enfrentar un reto tan escabroso.

El álbum rebosa de buenos sentimientos y una tesitura que potencia el color de voz de Crutchfield, convirtiendo las piezas más country del disco en una especie de baladas folk ambientadas en un espacio campirano alegre.

Hayley Williams – Petals For Armor

Sí, era vocalista de Paramore y afortunadamente su primer trabajo solista no suena nada a aquellos tiempos.

Se trata de otro de esos trabajos que funcionan para exorcizar demonios y al mismo tiempo tratar de definir un sonido que suene a liberación y no a reclamo. Es por eso que escuchamos un disco confuso y fragmentado, porque la idea es reflejar un estado de ánimo tras una separación tortuosa que dejó una profunda depresión.

El trabajo se divide en tres “actos” que dan cuenta de un final demoledor y el momento de aliento en el que la autora se reconcilia con un futuro, en la vestimenta que sea, porvenir al final de cuentas. Y es tan poderosa la forma en que vuelve que se arriesga con composiciones propias del R&B sin dejar de lado que puede entregarnos coros altamente pegajosos, como en sus más conocidos cantos pop, cuando era una joven y los desamores no eran trágicos.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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