El Foto Museo Cuatro Caminos (FM4C, Ingenieros Militares no. 77) continúa exhibiendo dos exposiciones que enaltecen la muerte y, a través de ésta, a la vida misma.
El FM4C es un espacio donde se gesta, se plasma y se vive todo lo referente a la imagen. Comenzamos la visita con Enrique Metinides, uno de los fotógrafos que comenzó a mostrarnos el acontecer de la vida a partir de los nueve años. En el gran espacio central lo primero que vemos es una ambulancia de los años 40 como en la que él viajaba; conocido como el Fotógrafo de la Nota Roja, con 70 años de trayectoria su lente ha capturado cualquier cantidad de catástrofes, en los que con todo esmero nos muestra más una historia que un lienzo sangriento.
Las imágenes de Metinides muestran el lado vulnerable de los humanos, capturan lo que de un instante a otro todo cambia y no hay vuelta atrás. El hombre que, luego de recibir miles de impactos alarmantes que penetraban a su corazón a través de su lente, nos ofrece una mirada sensible y humanizada. Parece haber nacido para contarnos las desgracias humanas, su cámara estuvo muchas veces antes que cualquier otro medio para contarnos desde su perspectiva los instantes en que como humanos perdemos el control.
En las salas contiguas, la magia del arte se manifiesta uniendo a dos almas que llegaron juntas a este mundo: con esta maravillosa exposición los gemelos Witkin se unen tras cinco años de relación nula. Ambos artistas, uno pintor y otro fotógrafo, se unen y desunen en las temáticas que proyectan. Joel, el fotógrafo seducido en un principio por la muerte, realiza composiciones casi pictóricas, mientras que Jerome plasma iluminaciones casi fotográficas.
Joel mantiene una inclinación en escala de grises, salvo algunas excepciones donde se aventura a pintar las fotografías (originalmente en blanco y negro) usando oleos con una variada gama cromática. Como lo podremos apreciar en la imagen Hitler posando con el anticristo, 1937.
La obra de Joel nos adentra en una estética de temas transgresores, bíblicos, irónicos e incluso políticos. Cada obra tiene una composición sumamente cuidada donde cada elemento encierra un sin fin de significados, cuerpos transgénero, mutilados, sin vida, despojados y objetos diversos, cobran un aura exquisita, tan variada y ostentosa como un gran bacanal hecho bodegón.
La recreación de obras artísticas de todos los tiempos son reutilizadas para enaltecer lo verdaderamente valioso del ser, o bien, para criticar nuestros más bajos instintos.
Por otro lado, Jerome con una amplia gama cromática recrea con fuertes pinceladas dinámicas aspectos diversos de la vida, no por ello menos provocadoras que las imágenes de su hermano. Irónicamente, a pesar de ser la vida la base de la obra de Jerome en contraposición con el hermano, sus obras son sin duda más dramáticas que las de Joel. En su tríptico “Un crimen americano” nos lleva en un viaje lleno de vicios de una gula incontrolable a la recreación de los momentos de desesperación de Jackie Kennedy.
Jerome se mueve con la misma versatilidad que la sociedad, generando una amplia gama de atmósferas que se equiparan con nuestra realidad, de cálidos momentos en que una mujer de ropa ligera ríe estrepitosamente con un hombre, a funestos momentos penitenciales en que el alma huye despavorida para no ser capturada.
Es en este majestuoso espacio el FM4C donde el arte hace posible un dialogo entre hermanos. Donde podemos apreciar además de las fotografías en rica escala de grises de Joel y las pinturas monumentales de Jerome, veremos también videos que aluden al proceso creativo de cada uno de los artistas.
