Jefe en pañales: el auténtico cariño entre hermanos

 

Un jefe en pañales” presenta una premisa atractiva que va cediendo poco a poco a los caprichos de la comedia ligera. Presenta dos temas igual de importantes y lejos de conseguir su comunión los contrapone para lograr un trabajo agradable, divertido, pero escudándose en la incongruencia para que el filme termine “bien”.

El director Tom McGrath sabe manejar bien a personajes que no deberían estar haciendo lo que están haciendo. Desde “Madagascar” dejó claro que sus películas buscan evadir por completo la realidad y presentarnos momentos fantásticos en donde un león puede volar una avioneta y, en este caso, un bebé ponerse un traje con corbata y dar órdenes a diestra y siniestra.

De entrada, este pequeño mandón es encantador, no sólo por el buen trabajo de voz de Alec Baldwin, sino porque está dotado de un cinismo tal que resulta simpático.

Con una gran secuencia de inicio que raya en el musical, en donde se explica cómo es que los bebés llegan a las familias que deben llegar, “Un jefe en pañales” se topa con su primera disyuntiva muy temprano, pues lo siguiente es la introducción del hermano mayor, un chico que utiliza su imaginación para hacer inolvidables sus momentos felices y de ocio.

Así, la película se ve en la necesidad de separar las ficciones alegres de Tim (Miles Bakshi) de la realidad en la que su pequeño hermano llega a posicionarse del hogar como amo y dueño de un espacio que debe de ser mutuo.

Este hilo argumental de la fantasía es desaprovechado y aparece como pretexto en determinados momentos, dejando al otro tema con más peso y un desarrollo más logrado: la hermandad.

Si bien se veía venir que la cinta se encaminaría por ese rumbo, una vez encarrilados se olvida de todas las bases que sentó detrás, haciendo una mezcla extraña que no cuadra y resulta absurda, pero, como estamos hablando de un bebé que se la pasa dando órdenes, no podemos apelar a la lógica.

Sin embargo, todos estos traspiés no restan diversión al relato, uno que para su segunda mitad prefiere sacar risas con las referencias a otras películas o elementos de la cultura popular o el gag.

Tratándose de una película dirigida al público infantil, la moraleja tenía que presentarse, y ésta es muy grata y con mayor contundencia que en las otras cintas dirigidas por McGrath: la rivalidad entre hermanos es inevitable, es parte de nuestra inserción en la sociedad y nuestro primer contacto con semejantes. Y debería ser un punto de apoyo, pese a las dificultades.

“Un jefe en pañales” opta por el sentimentalismo para dar más brillo al asunto de los hermanos y abandona la propuesta de la imaginación infantil como un modo de hacer frente a la realidad, cualquier que esta sea.

Pero, entre risas y bromas tontas, Dreamworks consigue recordarnos que hay mucha gente afortunada al saber que en casa puede contar con compañeros, cómplices y amigos. Al final, esas remembranzas de lo bueno y lo malo, en un ejercicio personal, logran que “Un jefe en pañales” sea una película tierna, que no lacrimógena, cuando se nos vendió de inicio como comedia.

 

The Boss Baby (2017)

Director: Tom McGrath.
Guión: Michael McCullers.
Reparto: Alec Baldwin, Steve Buscemi, Jimmy Kimmel, Lisa Kudrow, Miles Bakshi.
Edición: James Ryan.

 

*Imágenes tomadas del sitio de Facebook de “The Boss Baby”.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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