Imagen: Howl & Echoes.

Esos discos del 2016 que no debes dejar pasar: EUA

 

Los gringos también se pusieron exquisitos y sacaron varias placas que bien vale la pena revisar. Pero los que pasarán a la posteridad por su oferta musical son un puñado. Aquí te presentamos algunos que nos hicieron pasar gratos momentos.

Claro que lo del californiano es el hip hop, pero con su tercer disco de estudio rindió tributo a otros géneros que domina por igual y le salió un trabajo variado que se vale tanto del R&B como del blues para cantarle a las raíces afroamericanas. Mucho se ha mencionado que es el punto en que se convierte en una súper estrella. El tiempo dirá. Por lo pronto, el LP está riquísimo.

 

¡Una maravilla! Está claro que esa mujer que da nombre al disco es ella misma, de ahí que hayan unos primeros cinco temas donde se pone rebelde, dura, valiente, una fémina decidida y con la certidumbre de quien se sabe con talento y lo canta, y una segunda parte en donde da espacio a la melancolía, a los momentos íntimos. Es un autoretrato en audio donde también se describe juguetona, de lo contrario no nos hubiera entregado este poderoso disco.

 

Un disco demasiado largo para abordar el tema de las drogas pero igual bastante atractivo para encontrar entre tanta cuerda distorsionada las historias que reflexionan sobre ese mundo tan atrayente y peligroso. Es una especie de confesión y en este discurso hay mucho de inventado y otro tanto de testimonio.

 

¡Bendita juventud! Como si se tratara de una vuelta al pasado, el señor Toledo presenta un disco lleno de sorpresas y emotivo, no importan los guitarrazos o las percusiones poderosas: hay mucho sentimiento en esto de volver a la adolescencia, a los años breves antes de la adultez. Depresión y confusión incluida.

 

¿Qué podría tener de diferente el rap del de Chicago cuando hay una mezcla de funk, soul y R&B que todo mundo está intentando hoy día? Que no es violento. Quizás por eso ese rosa de la portada. Y no es que no le importe, pero es que prefiere evadir esa realidad con mucho relajo. Y se vale, claro que sí. Por eso es un “libro para colorear”: porque para llenarse de tonos brillantes hay que derrochar sonrisas y optimismo por doquier, en la mayoría de los temas que se pueda.

 

Componer este disco no fue nada sencillo. Menos si son los herederos de ese punk rock totalmente sucio a la Velvet Underground. No porque les hayan fusilado los ritmos, sino porque se nota que los desayunan con frecuencia y le saben dar la vuelta para reinventar algo que por momentos parece se ha perdido ante tanto punk lindo desfilando por ahí. Pese a las notorias influencias, los de Nueva York han definido un estilo y no forzan el agrado de los críticos, simplemente hacen lo que les gusta, experimentan y ponen todo ese ruido al servicio de letras que son más complejas de lo que aparentan.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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