Marvel tiene muy claro que el día de mañana podrá vender paquetes con todas sus producciones y acaba de dar un paso arriesgado con “Doctor Strange“: y la estrategia les va a funcionar muy bien.
El multiverso de Marvel puede por momentos parecer infinito y ante un posible abuso de aventuras por parte de sus personajes más representativos, la empresa optó por tomar a uno de esos elementos secundarios para que protagonice su propia historia. Ojo, amantes de las historietas, no se demerita para nada el papel del Doctor Strange en la mitología de los cómics, pero no es alguien que haya apasionado en papel por sus grandiosos argumentos.
Así, lo que está ocurriendo es una estrategia de mercado todavía más pulida por parte de Disney, pues ahora cualquier otro superhéroe pudiera alcanzar el estrellato.
Scott Derrickson entendió bien (o le hicieron saber) que el filme bajo su cargo debía de ser misterioso, fantástico y familiar a la vez, por lo que sacrificó saltos de butaca y elaboró un agasajo visual que representa con éxito todo el imaginario que envuelve a Strange y las historias en cómics de los Illuminati.
Lo que apreciamos es una aventura entretenida, con chistes básicos pero que llegan con facilidad al público joven y alejado de un ser que se ha caracterizado por la oscuridad, tanto en su persona como la que le rodea.
A sabiendas de que la tarea era doblemente difícil, Derrickson y el equipo de Marvel tuvo el monumental acierto de contar con Benedict Cumberbatch en el protagónico, un actor que podría interpretar a un tapete y hacerlo con maestría. Muchas dudas generó la similitud entre el personaje de las serie de televisión “Sherlock Holmes” con el que encarna ahora. Y es tal la habilidad camaleónica de este histrión que pone a Strange en otra dimensión, en el sentido real y figurado.
Si bien mucho de lo visto ha aparecido antes en producciones como “El origen“, Doctor Strange no se trata de un rompecabezas y sí es fiel a esta estructura que ha sabido imprimir Marvel en sus productos fílmicos: héroe ha de encontrar su camino, padecer en el proceso y enfrentar a un villano endeble, sin personalidad y con pocas posibilidades de triunfo.
Y es que Marvel sabe construir superhéroes porque los “malos” son un soporte, importan poco. Salvo Loki, todos los demás son amenazas pequeñas para los “buenos”, a quienes se les ha dotado de una moral más cercana al antihéroe.
Pero lo más significativo es que le siguen apostando a la diversidad, a la exploración de géneros. Claro que esperábamos una cinta más oscura, porque Derrickson sabe llevar a las audiencias a esos espacios donde no hay lugar para la esperanza ante los espantos. No ofrece la última cinta de gran valía de Marvel, pero como continuación de la fase 3 que habrá de llevar al “encontronazo final”, es eficiente.
La enorme duda ha sido despejada y eso le da a Marvel la oportunidad explorar uno y mil personajes, porque los superhéroes no se acaban y alguien tiene que llevarlos a la pantalla grande. O a los servicios de streaming.
El cine fantástico tiene que estar contento con la llegada de Strange, pues aún si no fuera parte del MUC, por sí misma la película apantalla, entusiasma y fluye como agua.
Hay prisas evidentes por tratar de llegar a ese punto en donde el doctor se convierte en el maestro de las artes mágicas que está destinado a ser, hay secuencias largas que están colocadas estratégicamente para hacernos creer que el villano en turno puede vencer, aparece incluso este momento de romance imposible que no abandona los cánones. Aún así, Doctor Strange es un gran blockbuster.
Es la historia de superhéroes que hemos visto hasta no más, pero, es alucinante, es rara, es psicodélica. A ratos es como comerse unos hongos y dejarse llevar por las luces mientras no reímos de las bobadas o referencias a la cultura popular. Porque Marvel es eso en el cine de ahora: un elemento clave de la cultura popular de hoy.
Doctor Strange (2016)
Director: Scott Derrickson.
Guión: Jon Spaihts, Scott Derrickson, C. Robert Cargill.
Protagonistas: Benedict Cumberbatch, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams, Mads Mikkelsen, Tilda Swinton.
Fotografía: Ben Davis.
Edición: Sabrina Plisco, Wyatt Smith.
Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.
