Carol: la importancia de los pequeños detalles

 

A veces, un gesto, una mueca, una sonrisa, es suficiente para entender a la persona que tenemos enfrente. Se le conoce como afinidad y cuando eso pasa la comunicación con el otro es mucho más simple. Y Todd Haynes sabe que hay modos elegantes de abordar ciertos temas, sobre todo aquellos que se refieren a las preferencias sexuales. Lo ha retratado con sutileza y “Carol” no fue la excepción.

Carol - 2015

La historia de una mujer de clase alta que se encuentra con una joven que trabaja en una tienda departamental pudo ser bien un escándalo, pues se sitúa históricamente en los 50, en Nueva York, pero Haynes no hace las cosas “a gritos”, es mejor ser mesurado y con agilidad adentrarnos en las emociones y frustraciones de ese par.

El cineasta californiano entiende la fuerza de los detalles y por eso es hasta económico en sus desplazamientos de cámara. Es consentidor con sus protagonistas, pues no despega la lente de ellas, quienes dan cátedra actoral y sortean con brillantez la dura tarea de ser “perseguidas”: el cuadro pide su presencia todo el tiempo y ellas se dejan querer.

“Carol” es la contradicción pura: Carol (Cate Blanchett) y Therese (Rooney Mara) parece que “no rompen un plato”, aparentan ser dóciles, calmas, sus mismos movimientos son delicados. Pero, son como un volcán. El filme es igual. En apariencia estamos ante dos féminas frágiles, sin embargo, la realidad es que tienen más decisión, pasión y entendimiento de sus anhelos que muchos de los otros personajes en la historia.

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No se trata de lo que dicen, porque en sus diálogos hay muchas mentiras. Se trata de lo que sienten y se permiten cuando por fin se atreven a ser sin tapujos.

Pero, el resto del relato pasa plano, no hay fuerza en lo que rodea a estos dos volcanes a punto de la erupción. La anécdota del esposo dolido por las predilecciones de su cónyuge y de la amiga que comprende y solapa son una forma de dar respiro a ese par que quiere comerse a besos y no se atreve.

Lo de Haynes es poner en alto la mínima expresión, “Carol” encuentra su punto fuerte en los detalles. ¿Y las contradicciones? Bueno, hay un gran amor que se construye en las pequeñeces y un filme que parece no querer dar más importancia que a dos personajes.

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Fineza como un modo de hacer frente a la sociedad cerrada de aquellos tiempos que prefería desentenderse de una relación lésbica, a la que pudieron añadirle otras tantas sinrazones (edad, estrato social, etc), por el simple capricho de no seguir con las normas establecidas. Lo de “Carol” es un gran logro mínimo, así, contrastante, eso buscaba Haynes, pero, sólo quedó en ello.

Si nos vamos a lo pequeño, es hermosa y un trabajo enorme. Si lo vemos como un todo, hay virtudes en ciertas partes y una inmensidad que parece no prestar atención. ¿Se entiende la paradoja? Una pieza sencilla en apariencia, pero en extremo reveladora.

Carol (2015)

Director: Todd Haynes.

Guión: Phyllis Nagy.

Protagonistas: Cate Blanchett, Rooney Mara, Sarah Paulson, Kyle Chandler.

Edición: Affonso Gonçalves.

Fotografía: Edward Lachman.

 

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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