Foto: AP.

5 para los 43: esas canciones que piden justicia para Ayotzinapa (y el respectivo bonus)

Indignación, enojo, indiferencia, desconfianza, hastío… a un año de la desaparición de 43 jóvenes estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero, ha ocasionado la reacción de la sociedad mexicana. Nadie ha estado ajeno a lo sucedido y lo que se ha venido generando desde entonces.

 

Las voces son diversas, desde quienes señalan al gobierno, en todos sus niveles, como el principal orquestador de la desaparición de los jóvenes, hasta quienes se dicen hartos de las protestas dado un supuesto ajuste de cuentas por drogas con algunos de los estudiantes que abordaron ese camión aquel 26 de septiembre de 2014.

 

Desde la dichosa “verdad histórica”, pasando por la inconformidad histérica y las contradicciones arrojadas por investigadores internacionales acerca del caso, muchos han querido hacer sentir su voz acerca del tema. Algunos para aprovechar el tema, otros tantos porque realmente están asqueados de que en este país la gente muere y desaparece sin tener responsabilidad inmediata de la violencia que se vive a diario, pero más de una decena de temas musicales han aparecido para recordar el hecho.

 

Por eso, a un año de que “verdades” a media, de más dudas que respuestas, de búsquedas de hechos concretos que aclaren lo ocurrido y de la invención de cuentos, les dejamos 5 canciones compuestas que hacen referencia a lo que se vivió ese día y lo que ha seguido durante un año.

 

Rap, punk, trova, en gustos se rompen géneros. Lo que los une: hablar sobre lo ocurrido.

 

Y en el bonus no podían faltan dos referentes de eso que alguien llamó una vez “rock con ñ”. Una, la sentida crónica de aquellos a quienes no volvemos a ver y alguien los despareció. Flagelo que compartimos la gran mayoría de los países de América. La otra, el tema de batalla para los que quieren que en México alguna vez pase algo que contrarreste tanta porquería que nos toca vivir.

Juárez Góngora

Es orgullosamente yucateco. Egresado de la licenciatura en Periodismo en un colegio de la tierra del panucho y el salbut. Le dio por conocer varias zonas del país hasta que se avecindó en la Ciudad de México, donde se dedica a hacer textos para el mundo del internet. Amante de la literatura, melómano, pero primordialmente cinéfilo, de niño repasó películas en formato Betacam una y otra vez, hasta que finalmente, un buen día, fue al cine y de ahí no pudo salir.

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